que ayudaran a respirar
y ahi estaba el mar con su carga de melancolia fabricada por los fareros y marinos extraviados
En el camino de las estrellas marinas
Qué viento sopla en la soledad del mundo /Para que yo me acuerde de los seres queridos Frágiles desolaciones aspiradas por la muerte /Más allá de las torpes persecuciones del tiempo La tempestad se deleitaba ante su fin tan próximo /Que la arena no redondeaba ya su dura cadera /Pero en las montañas las bolsas de fuego Vaciaban con seguridad su luz de presa Pálida y corta como un amigo que se extingue /Del cual nadie puede decir ya su contorno con palabras /Y ninguna llamada en el horizonte tiene tiempo de socorrer
Su forma mensurable inicuamente a su desaparición
Tristan Tzara
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